El Museo Mercedes Benz, o lo que es lo mismo el museo de más de un siglo
de Historia de Automóvil, se encuentra en Stuttgart, donde comenzó todo, aquí el ingeniero
Daimler, fue el primero en utilizar un motor de explosión interna para propulsar
vehículos. Por otro lado, el también ingeniero Benz, fue el primero en constituir una
empresa y fabricar en serie los primeros vehículos de la historia. El nombre
"Mercedes" viene de un modelo que se fabricó en los talleres Daimler, ya muy
evolucionado con motor de cuatro cilindros y una potencia de 35 CV, al que bautizó con el
nombre de la hija del empresario que compró el vehículo. En 1926 se fusionaron la Daimler
con la Benz, o sea las dos firmas automovilísticas más poderosas del momento.
El museo nos cuenta toda esta historia, y nos presenta desde esos primeros motores, hasta
los últimos Formula-1 de la marca, el primer carruaje motorizado de la historia, la
primera barca a motor, etc...
En la (foto 1) vemos el primer coche de competición, entonces no se tenía en cuenta la
velocidad, y las pruebas eran solo de resistencia.
Cuando llega la velocidad, llega el mito de las "flechas de plata" (foto 2), los
legendarios coches de carreras de los años 30 y 50, pilotados por celebridades como Caracciola o Fangio, su origen está en la limitación de peso en las competiciones, al
pesar el primero antes de la carrera, pesó justo un kilo más de lo permitido, por lo que
rápidamente le quitaron toda la pintura dejando el aluminio al descubierto.
Coches de récords: el que más kilómetros ha hecho en un circuito sin parar (foto 3), el de
velocidad en carretera, 430 km/h (foto 4), etc...
Coches reales como el del Emperador Guillermo II (foto 5 izq.), o el del Emperador Hiro Hito
del Japón (foto 5 der.).
El Mercedes blindado del Papa Pablo VI (foto 6), etc...
Incluso hay un Mercedes Roadster Special, el preferido de celebridades, artistas, cantantes, o
cualquiera que pudiera pagar los 33.000 marcos de entonces, solo se construyeron 25, de los
cuales quedan 5 en la actualidad, junto a este coche pasé unos 20 minutos, los que
necesitaron todo un autocar de japoneses en fotografiarse uno por uno junto al coche y la
otra joven estrella del museo "Ana Sofía", a la cual me pidieron prestada y
aguantó estoicamente la larga sesión fotográfica, aunque sin entender muy bien lo del
desfile de japoneses a su alrededor...