Bath, es la primera ciudad balneario que se conoce en el interior de gran
Bretaña. Cuentan las leyendas que hacia el 850 a. de C., el rey Bladud se
convirtió en cuidador de cerdos proscrito tras haber contraído la lepra. Al ver
como sus cerdos con su piel sarnosa se revolcaban en el barro, el siguió su
ejemplo y la terapia demostró ser efectiva. Cuando llegaron los romanos hacia el
44 d. de C. y vieron que los habitantes locales usaban los manantiales,
levantaron un templo y unos baños y se lo dedicaron a Sulis Minerva, la diosa
romano-céltica de la curación.
Esos mismos baños romanos en muy buen estado de conservación, se pueden visitar
hoy (foto 1), y ver todo lo que se extrajo de las excavaciones arqueológicas que
aquí se realizaron, columnas, mosaicos, elementos decorativos (foto 2), monedas
romanas de la época de Nerón (foto 3), etc. La pieza principal de la exposición,
es una cabeza de bronce de Sulis Minerva (foto 4).
Aun hoy, las aguas verdosas de los manantiales alimentan los baños a una
temperatura de 46ºC (fotos 5 y 6), y aun hoy os podréis encontrar a algún romano
en los baños y charlar con él (foto 7), o incluso con un poco de suerte a la
mismísima Minerva (foto 8)...