Hay otra visita interesante y
sabrosa en San Juan de Puerto Rico, se trata de la destilería de ron más grande
del mundo, también la más famosa , apreciada y conocida. Bacardí, claro!!! (foto
1).
La visita es un recorrido por la historia de los últimos 150 años, desde que en
1862 Don Facundo Bacardí Massó revolucionara la producción de ron con un nuevo y
secreto método que le da a los rones Bacardí un aroma único. Es un recorrido
histórico e interactivo, histórico porque te cuentan la historia de esta familia
y sus dificultades, estableciéndose y creciendo en Cuba, hasta que llega la
Revolución y les arrebata todo, teniendo que emigrar a los EEUU, donde logran de
nuevo levantar su fábrica y de nuevo la mala suerte les cae encima, esta vez en
forma de ley seca, y prohibición de producir alcoholes. De nuevo tienen que
emigrar casi con las manos vacías y comenzar de nuevo, esta vez en Puerto Rico,
y aquí si crecen hasta convertirse en el mayor productor mundial de rones.
El recorrido se hace con un trenecito turístico que nos lleva primero al museo,
donde se encuentran os viejos aparatos de producción (foto 2). Tienen montada
hasta una reproducción de la antigua fábrica de Cuba, las primeras etiquetas que
se imprimieron para pegar en sus botellas, libros antiguos de registro de
impuestos, fotos, las medallas conseguidas en diferentes exposiciones, etc...
Hay una sala especial que hace gracia, se trata de unos bidoncitos y al
destaparlos se pueden oler las diferentes clases de rones que se producen desde
los clásicos hasta los que tienen sabor (limón, cacao, etc). Después pasamos a
los edificios de fabricación (foto 4), la planta de producción (foto 5), para
terminar en un bar ambientado en la Habana de Hemingway (foto 6), donde nuestro
coctelero nos explicará la preparación e historia de los cócteles más conocidos
mundialmente, cuyo ingrediente principal es el Ron Bacardí, allí nos enteraremos
por ejemplo que el "Cuba Libre" lo inventaron unos militares en la Habana, o que
"Daiquiri", era un a mina de oro también cubana, cuyos trabajadores hicieron
popular su bebida favorita, y cuando les preguntaron como se llamaba, dijeron
que no tenía nombre, y al verse obligados a buscar uno lo bautizaron como la
mina en la que trabajaban.
El recorrido como no, termina con la inevitable degustación de los productos
Bacardí, pudiendo pedir que te preparen cualquier coctel. En la (foto 7), yo con
mi mojito...