Desde la preciosa y tranquila bahía Andvord, se aprecian los glaciares y
montañas a su alrededor (foto 1), y uno piensa como se verá la bahía desde esas
montañas, desde arriba de los glaciares. La única manera de averiguarlo, pues es
seguir a los pingüinos, y subir para arriba a explorar (foto 2). En seguida
vamos tomando altura, y la perspectiva cambia, simplemente espectacular (fotos
3, 4, 5 y 6).
Aunque las exploraciones en la Antártida son muy recientes, ya los griegos
sugirieron que debía existir una masa continental al sur, y la denominaron
"Terra Incognita Australis", que aparece como un fantástico continente en un
mapa publicado en 1531. Hasta hace 100 años atrás solo pequeñas partes de la
Antártida habían sido cartografiadas, ha sido en los últimos años con las
imágenes satelitales, que se ha podido armar un mapa completo. Y es que es
realmente difícil explorar algo en un lugar tan remoto, inhóspito y extremo en
el que se llegan a registrar temperaturas de 89º C bajo cero.
El primer hombre en llegar al Polo Sur, fue Roald Amundsen el 14 de Diciembre de
1911, retornando exitosamente al campamento base el 25 de Enero siguiente, luego
de una marcha ininterrumpida de 3 meses por más de 3000 kilómetros.
Nosotros más modestos nos conformamos con llegar sobre el glaciar y ver la bahía
desde desde lo alto, las (fotos 7, 8, 9 y 10), aun me hacen soñar con esa
pequeña excursión...