Dejamos anclado nuestro barco en la Bahía Andvord (foto 1), y surcando a
bordo de las zodiacs sus congeladas y negras aguas (foto 2), desembarcamos en el
continente antártico en un frío lugar llamado Puerto Neko, aunque a estas
alturas del viaje parece que ya nos vamos acostumbrando al clima (foto 3), pero
nunca a su bello paisaje el cual no nos cansamos de admirar (foto 4).
Antártida: es una palabra de origen griego. En el siglo V antes de Cristo
llamaron "Articus" a la Estrella Polar, perteneciente a la constelación de la
Osa Menor (arktos= oso); y al polo opuesto lo denominaron Antarcticus
(anti-ártico).
Los pingüinos como siempre nos están esperando (foto 5), bueno, no todos, la
naturaleza aquí es implacable, y los más débiles lo pagan con su vida (foto 6).
Fue la expedición de Gerlache, la primera en llegar a Puerto Neko, pero su
nombre le viene dado a partir del buque factoría de Christian Salvensen, que
operó en las Shetlands del Sur y la Península Antártica de 1911 a 1924, por lo
que a pesar de ser este un lugar de gran belleza, su nombre está asociado a la
matanza de ballenas.
Después de los pingüinos, lo siguiente que vemos, son los restos de un pequeño
refugio Argentino construido el 5 de Abril de 1949 llamado Capitán Fliess, y que
se hallan diseminados por el lugar debido a una fuerte tormenta que lo
arrasó este último verano, y es que parece que las tormentas aquí, no deben
tomarse a la ligera. Aun está todo allí, cubos, bombonas, lámparas, y hasta el
botiquín, que a buen seguro lo debieron utilizar (fotos 6 a 10)...