Un viajero se puede encontrar con lugares
raros, lugares que no te dicen nada, lugares absurdos, tontos, feos o bonitos,
pero encontrar un lugar alucinante de verdad, un lugar que no te lo puedes
creer, un lugar que es difícil de entender y mucho más de explicar, eso es más
difícil. Uno de esos lugares está en Baviera, y estando en esta zona lógicamente
tiene que ver con la cerveza, se trata de un monasterio al que sus feligreses
van a ponerse hasta el culo de cerveza, y os juro por Dios que es verdad.
La entrada ya es un pórtico adornado con jarras de cerveza (foto 1), y en
seguida llegas a las terrazas y restaurantes donde comer y beber. Nosotros nos
dirigimos primero a ver la abadía, que se trata de una iglesia con arquitectura
del gótico tardío de 1423, y convertida en un monasterio benedictino en 1455,
aunque posteriormente remodelada en estilo rococó (foto 2).
A la entrada nos recibió un cura aburrido y sorprendido de la visita (foto 3),
ya que todo el mundo se queda en las terrazas a la entrada bebiendo, y nos paseo
por el lugar: el altar (foto 4), su magnífico órgano, o la tumba del compositor
Carl Orff (foto 5), autor de obras como Carmina Burana, y que fue enterrado aquí
por expreso deseo suyo.
Todos sabemos que la cerveza tuvo su origen en los monasterios alemanes, y en
Andechs esta se produce desde la llegada a este lugar de monjes de la abadía de
Tegernsee en 1455, por lo tanto nos encontramos en uno de los lugares primeros
en la producción de cerveza, y el más antiguo que se conoce hoy en día y que
sigue funcionando, hay muchas fotografías antiguas que lo prueban (foto 6).
Hoy en día tiene hasta su propia marca registrada, y toda una línea de productos
(foto 7). Aquí, a la entrada de esta llamada "montaña santa", no hay perchas o
taquillas para guardar tu chaqueta o bolso, hay taquillas especiales done los
asiduos peregrinos pueden depositar su jarra de cerveza (foto 8), algunas
auténticas obras de arte, y no tener que estar trayéndolas y llevándolas. Hasta
los angelitos parecieran tener otras misiones, y se olvidan un poco de las
personas y cuidan los barriles de cerveza (foto 9).
En fin un curioso lugar de peregrinación al que seguro todos los bávaros van más
de una vez en su vida, y los que no lo somos, ya no vemos tan dura una
peregrinación a este lugar en una colina al este del lago Ammersee. Aquí
llegaban jóvenes, mayores, en bici (foto 10), y todos a disfrutar de esta
genuina y divina cerveza (foto 11), yo también faltaría (foto 12)...