Monasterio Andechs. Andechs. Alemania

Julio 2010

Un viajero se puede encontrar con lugares raros, lugares que no te dicen nada, lugares absurdos, tontos, feos o bonitos, pero encontrar un lugar alucinante de verdad, un lugar que no te lo puedes creer, un lugar que es difícil de entender y mucho más de explicar, eso es más difícil. Uno de esos lugares está en Baviera, y estando en esta zona lógicamente tiene que ver con la cerveza, se trata de un monasterio al que sus feligreses van a ponerse hasta el culo de cerveza, y os juro por Dios que es verdad.
La entrada ya es un pórtico adornado con jarras de cerveza (foto 1), y en seguida llegas a las terrazas y restaurantes donde comer y beber. Nosotros nos dirigimos primero a ver la abadía, que se trata de una iglesia con arquitectura del gótico tardío de 1423, y convertida en un monasterio benedictino en 1455, aunque posteriormente remodelada en estilo rococó (foto 2).
A la entrada nos recibió un cura aburrido y sorprendido de la visita (foto 3), ya que todo el mundo se queda en las terrazas a la entrada bebiendo, y nos paseo por el lugar: el altar (foto 4), su magnífico órgano, o la tumba del compositor Carl Orff (foto 5), autor de obras como Carmina Burana, y que fue enterrado aquí por expreso deseo suyo.
Todos sabemos que la cerveza tuvo su origen en los monasterios alemanes, y en Andechs esta se produce desde la llegada a este lugar de monjes de la abadía de Tegernsee en 1455, por lo tanto nos encontramos en uno de los lugares primeros en la producción de cerveza, y el más antiguo que se conoce hoy en día y que sigue funcionando, hay muchas fotografías antiguas que lo prueban (foto 6).
Hoy en día tiene hasta su propia marca registrada, y toda una línea de productos (foto 7). Aquí, a la entrada de esta llamada "montaña santa", no hay perchas o taquillas para guardar tu chaqueta o bolso, hay taquillas especiales done los asiduos peregrinos pueden depositar su jarra de cerveza (foto 8), algunas auténticas obras de arte, y no tener que estar trayéndolas y llevándolas. Hasta los angelitos parecieran tener otras misiones, y se olvidan un poco de las personas y cuidan los barriles de cerveza (foto 9).
En fin un curioso lugar de peregrinación al que seguro todos los bávaros van más de una vez en su vida, y los que no lo somos, ya no vemos tan dura una peregrinación a este lugar en una colina al este del lago Ammersee. Aquí llegaban jóvenes, mayores, en bici (foto 10), y todos a disfrutar de esta genuina y divina cerveza (foto 11), yo también faltaría (foto 12)...