Hay un lugar el que habíamos oído hablar mucho y bien de esta zona del estado
Sucre, se trata del Caño Ajíes. Habíamos oído que se podían observar delfines de
agua dulce, manatíes, todo tipo de monos, guacamayas, flores y vegetación
típica de los manglares, etc. Así que para allí nos dirigimos.
El poblado, o mejor dicho el pequeño puerto de Ajíes nos recibe con unos grandes
carteles que nos dan esperanzas de llagar a ver el paraíso (foto 1). Aquí hay
que aprovisionarse de todo, ya que una vez embarcados por los canales ya no
encontraremos nada de nada, ningún tipo de civilización. Hay un par de bodegas
justo en el puerto con todo lo necesario, básicamente cerveza y hielo para
conservarla fresca (foto 2).
En el puerto mientras buscamos un barquero que nos lleve, podemos observar las
faenas típicas de los pescadores (foto 3).
Una vez embarcados, a penas a los cinco minutos de salir de puerto, nos cae un
tremendo chaparrón caribeño, poco podemos hacer salvo tomárnoslo con alegría, o
navegar bajo los árboles para no mojarnos tanto (foto 4), pero cinco minutos
después vuelve a salir el sol (foto 5), y disfrutamos del tremendo paisaje (foto
6). A trozos los caños se cierran, y desaparece el cielo, a tramos se abre el
caño, y observamos las faenas de los pescadores (foto 7). Observamos también
algunos palafitos que utilizan estos pescadores (foto 8).
Por supuesto que a quien le interese la flora tropical disfrutara del paseo.
Respecto a la fauna, pues nosotros no tuvimos mucha suerte, si vimos muchos
monos en los árboles, pero ningún delfín, y mucho menos ningún manatí, que ya
nos habían advertido de lo difícil que resulta verlos.
Todos estos caños conducen al Golfo de Paria, o sea que navegando por ellos se
puede llegar al mar, pero me lo imagino muy difícil, al poco de salir de puerto,
uno ya no sabe ni donde se encuentra, ni como volver si no fuera porque
confiamos el barquero...